En un intento audaz por redefinir el panorama del fútbol peruano, Deportivo Municipal sacudió los cimientos en 1998 al armar un equipo de ensueño, repleto de figuras de renombre internacional.
Mientras los gigantes equipos tradicionales languidecían en segundo plano, el Municipal se erigía como el epicentro de la atención mediática, deslumbrando con presentaciones estelares, conferencias de prensa y una alianza estratégica con América Televisión.
El objetivo era claro: revivir la gloria del equipo edil.
El espectáculo requería de magnetismo, y dos figuras destacaban sobremanera. La inigualable dupla 'Ma-Ma' capturaba los reflectores, encabezada por Roberto Martínez, cuyo enlace con la famosa animadora Gisela Valcárcel lo convertía en un imán para los medios de farándula.
A su lado, brillaba con luz propia Lalo Maradona, hermano del legendario Diego Armando Maradona, cuya llegada desató un fervor sin precedentes.
El Desembarco de Lalo Maradona
Raúl 'Lalo' Maradona, el benjamín de los hermanos del icónico astro futbolístico argentino, llegaba con el peso de una ilustre herencia a cuestas.
Su incorporación al Municipal se gestó de manera insólita, durante la fastuosa boda de Nolberto Solano, célebre jugador de Boca Juniors. Entre brindis de pisco y danzas festivas, la propuesta de jugar en Perú resonó en Lalo, quien aceptó sin titubear.
La cadena televisiva América Televisión, ansiosa por capitalizar la noticia, financió su traspaso por 100,000 dólares, asegurando así su llegada a tierras peruanas.
Lalo Maradona, al que su ilustre hermano definió alguna vez como "el mejor de los tres hermanos", deslumbró desde el primer momento con su habilidad y carisma.
Su debut, en un encuentro amistoso contra Platense, atrajo a más de 28,000 espectadores ávidos de presenciar el espectáculo que prometía el nuevo fichaje estelar.
Muni-Platense a Estadio Lleno
El Nacional se vistió de gala para recibir al Deportivo Municipal en un emocionante duelo de pretemporada. La expectación era palpable en las gradas, colmadas por seguidores ansiosos de presenciar la actuación de Maradona y sus compañeros.
El Municipal, decidido a dejar una marca indeleble en el Descentralizado de 1998, desplegó un plantel de ensueño, encabezado por figuras como Ernesto Arakaki, Martín Rodríguez y el propio Lalo Maradona.
Además de presentar a Maradona, también hizo su estreno el otro fichaje “estrella”: Prince Amoako, un delantero ghanés que venía de jugar en Sporting Cristal y que en 1999 tendría un paso fugaz por el Talleres de Córdoba de Ricardo Gareca.
El enfrentamiento contra Platense, dirigido por el experimentado Carlos Picerni, se convirtió en un festival de emociones.
Aquella tarde-noche contra el Calamar, Raúl Alfredo "Lalo" hizo un gol (definió de zurda tras un centro atrás). El grito de "Maradó, Maradó" retumbó en las tribunas, mientras el Municipal se alzaba con la victoria por 3-2, en un encuentro que quedó grabado en la memoria de los aficionados.
Los ediles formaron con Miguel Miranda en el arco; Óscar ‘Muñeco’ Fernández, Ernesto Arakaki, Juan Manuel ‘Camioneta’ Olivares y Alexis Ubillús al fondo; Martín Rodríguez, Julio Penalillo, Raúl ‘Lalo’ Maradona y Roberto Martínez al medio; Prince Amoako y Fernando Calcaterra arriba.
Como técnico permanecía Roberto ‘Titín’ Drago. Los ediles salieron con camiseta roja, pantalón azul oscuro y medias blancas.
Las Incidencias del Partido
El Declive y las Sombras
Sin embargo, la euforia inicial pronto dio paso a la desilusión. El Municipal, lejos de alcanzar las altas expectativas, naufragó en un mar de derrotas y desaciertos.
Los grandes fichajes no lograron rendir como se esperaba, y el equipo luchó por evitar el descenso, una batalla que finalmente perdió en el año 2000.
La promesa de Maradona se desvaneció rápidamente, eclipsada por un rendimiento decepcionante y una actitud cuestionada por la prensa y la directiva del club.
Las ovaciones se convirtieron en críticas, y la partida de Lalo Maradona se tornó inevitable. A pesar de los intentos por forzar su salida, el jugador se mantuvo firme en su posición, desafiando públicamente las acusaciones en su contra.
Hoy, lejos de los campos de juego, Lalo Maradona ha encontrado su camino como entrenador en Argentina, pero su breve paso por el fútbol peruano sigue siendo un capítulo memorable en la historia del Deportivo Municipal.
En retrospectiva, la llegada de Lalo Maradona representó un momento de esperanza y expectativa para el fútbol peruano, un destello de grandeza que, si bien efímero, dejó una huella imborrable en la memoria de los aficionados.
Su historia, marcada por luces y sombras, sirve como recordatorio de los altibajos del deporte y la imprevisibilidad del destino.
Video Reportaje Partido Municipal-Platense
Video: Canal Miguel Llanos
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